DEJAD DE HACER EL MAL

Monseñor Francisco Gil Hellín
Arzobispo de Burgos.

MENSAJE DEL ARZOBISPO DE BURGOS A ETA: "dejad de hacer el mal"
Condena el atentado que ha dejado 65 heridos
BURGOS, miércoles 29 de julio de 2009 (
ZENIT.org).-
Monseñor Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos, ha hecho un dramático llamamiento a los miembros del grupo terrorista ETA a abandonar la violencia, condenando el atentado de este miércoles contra un cuartel de esa ciudad que ha provocado 65 heridos.
"No puedo por menos de manifestar mi dolor por los heridos y cuantiosos daños provocados", reconoce el prelado en un comunicado emitido al recibir la noticia del atentado, que tiene lugar a dos días de que se cumplan 50 años de la fundación de ETA.
"Rechazo asimismo la violencia, intrínsecamente perversa, manifestada en esta acción", destaca monseñor Gil Hellín.
A los autores del atentado les dice: "deponed ese modo tan vil de actuar, convertios a Dios, dejad de hacer el mal, haced siempre el bien, que para eso nos ha creado el Señor".
La organización terrorista hizo estallar esta madrugada una furgoneta bomba junto a un cuartel de la Guardia Civil en el que dormían 120 personas, entre ellas 41 niños.El prelado se dirige después a "la Guardia Civil y a los que habéis sufrido en vuestra propia carne las consecuencias del atentado" para manifestarles "mi cercanía, mi afecto sincero y también mi disposición a la ayuda que necesitéis y que pueda prestaros". "Pido a Dios, solicitando la solidaridad de todos los creyentes con mi oración, que cambie los corazones de quienes se dedican a hacer el mal, y a todos los diocesanos os pido estar a la altura de vuestra vocación manifestando, con los afectados, una fraternidad efectiva, no dejándonos llevar del pesimismo que pueden conllevar estos acontecimientos".

Entre los 65 heridos, no hay casos particularmente graves. No hubo llamada de advertencia y cuando el vehículo explotó a las 04.00 horas, los guardias civiles y sus familias dormían.

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REFLEXIONES (2)


EL REPARTO DEL PAN
En el episodio evangélico del reparto de pan entre la multitud (Jn 6,1-15) hay una gran influencia del relato de milagro del profeta Eliseo (2 Re 4,42-44), de las referencias de las acciones de Jesús sobre el pan y el vino en la última cena, y de la repetición regular de las palabras y acciones eucarísticas de Jesús en el culto cristiano primitivo. Con ello el evangelio expresa el dinamismo misionero que la presencia del Señor Jesús imprime en sus discípulos al implicarlos directamente en el partir el pan y repartirlo entre las multitudes hambrientas. Hoy podemos decir que el pan partido y compartido es un milagro al alcance de la humanidad y se convierte en un signo que nos da la vida, que refuerza la fraternidad y la solidaridad entre los cristianos y nos interpela sobre el hambre y la miseria que sufren grandes masas de la humanidad.
Pero trascendiendo el género literario de milagro y la historicidad de los hechos narrados en los evangelios acerca del reparto organizado y solidario del pan como don y signo del Reino de Dios lo esencial es la manifestación del Mesías Jesús a través de un signo y una enseñanza que hoy constituyen una auténtica alternativa al sistema social del mundo globalizado. Lo admirable no es la «multiplicación» de panes, sino su «reparto» entre los necesitados. El milagro no consiste en multiplicar sino en dividir. Lo que es digno de admiración y rompe la lógica matemática es el pan compartido y repartido. Y este pan compartido sacia a todos. Éste es el gran milagro que la Iglesia proclama desde el Evangelio y desde la Eucaristía. Frente al milagro diabólico del enriquecimiento capitalista que consiste en multiplicar y superproducir, manteniendo el crecimiento económico como objetivo prioritario del sistema, a costa de los empobrecidos, el milagro evangélico del reparto del pan, en su realidad histórica y simbólica, consiste en dividir y compartir. La Eucaristía es sacramento que anuncia y anticipa una nueva realidad mesiánica, proclamando la muerte de Jesús, un cuerpo roto, como dinamismo liberador en una humanidad injusta y en una sociedad consumista.
En descampado y abatida está también hoy la mayor parte de la humanidad, carente de las necesidades más vitales, sin pan y sin casa. Benedicto XVI acaba de decir en Caritas in Veritate, 27: «En la era de la globalización, eliminar el hambre en el mundo se ha convertido también en una meta que se ha de lograr para salvaguardar la paz y la estabilidad del planeta. El hambre no depende tanto de la escasez material, cuanto de la insuficiencia de recursos sociales, el más importante de los cuales es de tipo institucional. Es decir, falta un sistema de instituciones económicas capaces, tanto de asegurar que se tenga acceso al agua y a la comida de manera regular y adecuada desde el punto de vista nutricional, como de afrontar las exigencias relacionadas con las necesidades primarias y con las emergencias de crisis alimentarias reales, provocadas por causas naturales o por la irresponsabilidad política nacional e internacional».
Jesús invita a sus discípulos a realizar el milagro: «Dadles vosotros de comer». Probablemente ellos pensarían que el milagro consiste en multiplicar los alimentos, y creerían que el problema es comprar. En cambio Jesús no compra ni multiplica, sino que parte y reparte. Jesús les muestra que, más que «comprar», el camino a seguir es «organizarse», «partir» y compartir. Jesús da una lección excepcional para que nosotros aprendamos a hacer el milagro y resolvamos esa cuestión que la humanidad tiene pendiente: el hambre. Bendecir el pan significa comprender que los bienes que da la tierra, en especial los que son necesarios para vivir con dignidad, no nos pertenecen, sino que son don de Dios para toda la humanidad, y si obramos en consecuencia y compartimos lo que tenemos, si organizamos nuestras relaciones económicas de acuerdo con esta convicción, si superamos así la injusticia que estructura nuestro planeta, habrá pan para todos y sobrará. Por eso el reparto de los panes adquiere su pleno significado en el reparto del pan eucarístico.
26.07.09 JOSÉ CERVANTES
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HIJO DEL TRUENO

Santiago Apóstol
Libro de Horas de Juana I de Castilla
SANTIAGO APÓSTOL
Festividad: 25 de julio
"Designó, pues, a los doce: a Simón, a quien puso por nombre Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, hermano de Santiago, a quienes dio el nombre de Boanerges, esto es, hijos del trueno."(Marcos 3, 16-17)
SANTIAGO, JACOBO, JAIME, YAGO
El nombre Santiago, proviene de dos palabras Sant Iacob. Porque su nombre en hebreo era Jacob. Los españoles en sus batallas gritaban: "Sant Iacob, ayúdenos". Y de tanto repetir estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago.
Fue uno de los 12 apóstoles del Señor.
Era hermano de San Juan evangelista. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con sus padres Zebedeo y Salomé vivía en la ciudad de Betsaida, (o Betseda ;del griego: Βηθσαΐδα, lugar de pesca ) junto al Mar de Galilea.
Antiguas tradiciones (del siglo VI) dicen que Santiago alcanzó a ir hasta España a evangelizar. Y desde el siglo IX se cree que su cuerpo se encuentra en la catedral de Compostela (Galicia, norte de España) y a ese santuario han peregrinado miles y miles de fieles durante siglos y han conseguido maravillosos favores del cielo.
Es Patrono de España y de su caballería. Los españoles lo han invocado en momentos de grandes peligros y han sentido su poderosa protección. También nosotros si pedimos su intercesión conseguiremos sus favores.
El Papa Calixto II concedió a la Iglesia Compostelana el "Jubileo Pleno de del Año Santo" y Alejandro III lo declaró perpetuo, convirtiéndose Santiago de Compostela en Ciudad Santa junto a Jerusalén y Roma. El Año Santo se celebra cada vez que la festividad del Apóstol, el 25 de julio, cae en Domingo.
Herodes Agripa, rey de Judea ( Act, XII, 2), nieto de Herodes El Grande, lo hace decapitar con la espada hacia el año 44, convirtiéndose en el primer apóstol en verter su sangre por Jesucristo.
Su cuerpo fue trasladado por los Apóstoles a la Península Hispánica, llevado en un bajel hasta Iria Flavia. Desembarcaron y caminaron unas 4 leguas hacia septentrión por la antigua via romana de Iria a Brigatium llegando a Liberodonum sepultando el cadáver. Elevaron un mausoleo, "Arca marmorica", según diplomas de Alfondo III, Ordoño II, Ordoño III y Sancho el Craso. Según la tradición, junto al sepulcro de Santiago reposaban los cuerpos de sus discípulos Atanasio y Teodoro.
Todo ello vió la luz en tiempos de Alfonso el Casto y Teodomiro, Obispo de Iria Flavia. En memoria de tan fausto acontecimiento, al lugar se le llamó " Campus stellae " o " Compostela ".
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FESTIVIDAD DE SANTA MARÍA MAGDALENA

Maria Magdalena penitente
Michelangelo Merisi da Caravaggio
1593
SANTA MARÍA MAGDALENA
Festividad: 22 de julio de 2009.
Su nombre era María, que significa "preferida por Dios", y era natural de Magdala en Galilea; de ahí su sobrenombre de Magdalena. Magdala, ciudad a la orilla del Mar de Galilea, o Lago de Tiberiades.
Mirad a esta ilustre penitente bañando con sus lágrimas los pies del Salvador y enjugándolos con sus cabellos. Es Magdalena, otrora, esclava del amor profano, y ahora esposa de Jesús. Lo acompaña en el Calvario; corre a la tumba para perfumar su cuerpo; se prosterna a los pies de Jesús resucitado; y después de su gloriosa ascensión, se retira a la soledad para llorar hasta la muerte pecados que sabía ella le habían sido perdonados. Si tú has imitado sus extravíos, imita su penitencia. Ama mucho, para que se te perdone mucho.
MEDITACIÓN SOBRE LAS LAGRIMAS DE SANTA MARÍA MAGDALENA
I. Las primeras lágrimas de Magdalena fueron lágrimas de contrición. Impelida por el dolor de haber ofendido a Dios, busca a Nuestro Señor, lo encuentra en la casa del fariseo y en ella hace una confesión pública de sus pecados. A partir de ese instante renuncia a sus criminales placeres y cambia de vida. ¡Dichosas lágrimas, que borrasteis los pecados de Magdalena! Ojos míos, ¿cuándo lloraréis los desórdenes de mi juventud? ¿Por qué retardar mi conversión? Mundo, placeres, honores, os dejo para siempre: dejad me en adelante llorar mis pecados, ¡dejadme un instante a fin de que gima! (Job).
II. Magdalena vertió lágrimas de compasión cuando vio a Jesús en manos de los verdugos. Lo acompañó hasta el Calvario; se mantuvo al pie de la cruz y mezcló su llanto con la Sangre adorable de Jesús. Nosotros vemos todos los días a nuestro di- vino Salvador clavado en la cruz, todos los días meditamos sobre su Pasión; ¿por qué, pues, nuestro corazón permanece insensible ante sus sufrimientos? ¿Por qué nuestros ojos no vierten lágrimas? ¡Ah! es porque no tenemos por Jesús el mismo amor que Magdalena. La fe de esta mujer fue grande, su amor ardiente, su arrepentimiento sincero. (San Lorenzo Justiniano) .
III. El deseo de ver a Jesús, después de su resurrección, le hizo bañar en lágrimas la tumba del divino Maestro. El deseo de contemplarlo en el cielo la hizo suspirar y gemir en la gruta a la que se había retirado. Llora ella noche y día porque su exilio se prolonga, y no se le permite unirse a su Bienamado. Viértense lágrimas por una bagatela; mas, ¿quién llora de haber perdido a Jesús? ¿Quién llora por su extravío?
"Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados."(Mt 5,5)
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REFLEXIONES (1)

EL SERMÓN DE LA MONTAÑA

Meditación sobre el mensaje de Cristo en el sermón de la montaña.
(Autor: P. José Luis Richard)

En el Sermón de la Montaña, Cristo desborda su corazón, revela los misterios del Reino. Nos da a conocer la sabiduría de Dios y la clave de la felicidad: sembrar con paciencia para recoger los frutos llegado el tiempo, pagar el precio justo.
Es impresionante cómo ha ido cambiando nuestro mundo y con qué rapidez. Para los hombres de hace medio siglo, sería una verdadera fantasía el pensar en la informática, tan avanzada y al alcance de todos. Nuestros bisabuelos nunca se imaginaron los nuevos artefactos de guerra tan sofisticados, tan precisos. Jamás soñaron con nuestros medios de transporte tan seguros y veloces...
Los hombres de hace cincuenta o sesenta años sabían que si alguien quería una buena cosecha, tendría que trabajar muy duro durante todo el otoño y pasarse la primavera escardando sus campos. El alfarero, el zapatero, el herrero, todos ellos tenían muy bien sabido que si querían producir más, les hacían falta más horas de trabajo, más mano de obra...
Nosotros, con nuestra tecnología, nos hemos acostumbrado a lo automático, a lo fácil, lo cómodo. A encender la televisión desde la cama con un botón, a abrir la puerta de casa desde el coche, a viajar cómodamente con la visa... pagando después.
A la gente de nuestra época se le atrae así. Si quieren vendernos algo, que sea rápidamente y sin complicaciones.
Si algo ha de producirnos comodidad, alegría, felicidad, placer, tiene que ser al instante, sin tardar. Si se oprime el botón, es para que el trabajo quede listo en un momento. No queremos trabajos sin frutos inmediatos. Queremos la mayor cantidad de bienes con el menor esfuerzo. Es la moda.
Y sin embargo, Cristo, desde la montaña, usa un vocabulario completamente opuesto: Si quieres ser feliz, siembra hoy para cosechar mañana; lucha hoy, para triunfar en el futuro; sacrifícate ahora para recibir los frutos después.
Cristo nos propone abandonarnos a nosotros mismos para seguir su Evangelio. No consentir a las pasiones. No ser tan delicados. Aguantar y ser firmes ante el sufrimiento. Ser generosos y aceptar el dolor por amor a Él, como un medio seguro para conseguir la ansiada felicidad. El Reino de los cielos no se consigue con palancas y botones sino con sacrificio y amor a Cristo.
Nuestra misma sociedad puede explicarnos muy bien lo que Cristo nos invita a hacer desde la montaña. La vida actualmente es muy cara, muy difícil. Hay que pagar por todo. Nada se regala. También nuestra felicidad tiene un precio: pisar las mismas huellas de Cristo. Aunque más de una vez nuestros pies sangren.
Señor, quiero desde hoy trabajar con paciencia y generosidad, sembrar sin prisas, para alcanzar con mi sacrificio la verdadera felicidad.

STELLA MARIS


Virgen del Carmen
Festividad: 16 de julio
LA ESTRELLA DEL MAR Y LOS CARMELITAS.
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron.
La Virgen es estrella ya que fue escogida por Dios para ser Su Madre, la Llena de Gracia.

ESTRELLA DEL MAR (STELLA MARIS)
En la oscuridad de la noche, los navegantes por siglos confiaban en las estrellas para orientarse hacia el puerto seguro. La Virgen es la estrella de la evangelización que nos lleva a Cristo, puerto seguro.
El libro de Reyes, 18, 45- 51, describe una pequeña nube que, elevándose sobre el mar, anunció a Elías mientras oraba en el monte Carmelo, la venida de la lluvia. Esta era una gran noticia pues anunciaba el fin de la grave sequía. La Virgen es como esa nube, signo del fin de la sequía. Jesús es la fuente que nos sacia la sed de Dios.Los carmelitas, nacidos espiritualmente en el monte Carmelo le llamaron a la Virgen «Estrella del Mar». Muchos escritores muy antiguos también le llamaron así a la Virgen: S. Jerónimo (siglo IV), Isidoro de Sevilla (siglo VI), Alcuino de York y Rábano Mauro (siglo IX). Pascasio Radberto escribe en el siglo IX: «María es la Estrella del Mar a la que debemos seguir con nuestra fe y comportamiento mientras damos tumbos en el mar proceloso de la vida. Ella nos iluminará para creer en Cristo nacido de ella para salvación del mundo."
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SAN JUAN CRISÓSTOMO


San Juan llamado Crisóstomo (Boca o "Pico" de oro), por su gran elocuencia, nació en Antioquía en el año 347, fue ordenado obispo de Constantinopla el 26 de febrero de 398 y falleció en el 407; aclamado doctor de la Iglesia por Pío V en 1568 y patrono de los predicadores de la palabra de Dios por León XIII, es considerado como uno de los grandes Padres de la Iglesia. De las homilías predicadas por este Santo de la Iglesia, la que reproducimos a continuación, se quedó sin leer en nuestra Estación de Penitencia en la S.A.I. Catedral, el pasado Viernes Santo.
De la catequesis de San Juan Crisóstomo, Obispo(Catequesis 3, 13-19: SCh 50, 174-177)

EL VALOR DE LA SANGRE DE CRISTO.

¿Quieres saber el valor de la sangre de Cristo? Remontémonos a las figuras que profetizaron y recorramos las antiguas Escrituras.
Inmolad ­­–dice Moisés­- un cordero de un año; tomad su sangre y rociad las dos jambas y el dintel de la casa. «¿Qué dices Moisés? La sangre de un cordero irracional, ¿puede salvar a los hombre dotados de razón?» «Sin duda –responde Moisés-: no porque se trate de sangre, sino porque en esta sangre se contiene una profecía de la sangre del Señor.»
Si hoy, pues, el enemigo, en lugar de ver las puertas rociadas con sangre simbólica, ve brillar en los labios de los fieles, puertas de los templos de Cristo, la sangre del verdadero Cordero, huirá todavía más lejos.
¿Deseas descubrir aún por otro medio el valor de esta sangre? Mira de dónde brotó y cuál sea su fuente. Empezó a brotar de la misma cruz y su fuente fue el costado del Señor. Pues muerto ya el Señor, dice el Evangelio. Uno de los soldados se acercó con la lanza y le traspasó el costado, y al punto salió agua y sangre: agua, como símbolo del bautismo; sangre, como figura de la eucaristía. El soldado le traspasó el costado, abrió una brecha en el muro del templo santo, y yo encuentro el tesoro escondido y me alegro con la riqueza hallada. Esto fue lo que ocurrió con el cordero: los judíos sacrificaron el cordero, y yo recibo el fruto del sacrificio.
Del costado salió sangre y agua. No quiero, amado oyente, que pases con indiferencia ante tan gran misterio, pues me falta explicarte aún otra interpretación mística. He dicho que esta agua y esta sangre eran símbolos del bautismo y de la eucaristía. Pues bien, con estos dos sacramentos se edifica la Iglesia: con el agua de la regeneración y con la renovación del Espíritu Santo, es decir, con el bautismo y la eucaristía, que han brotado ambos del costado. Del costado de Jesús se formó, pues, la Iglesia, como del costado de Adán fue formada Eva.
Por esta misma razón, afirma San Pablo: Somos miembros de su cuerpo, formado de sus huesos, aludiendo con ello al costado de Cristo. Pues del mismo modo que Dios hizo a la mujer del costado de Adán, de igual manera Jesucristo nos dio el agua y la sangre salida de su costado, para edificar la Iglesia. Y de la misma manera que entonces Dios tomó la costilla de Adán, mientras éste dormía, así también nos dio el agua y la sangre después que Cristo hubo muerto.
Mirad de qué manera Cristo se ha unido a su esposa, considerad con qué alimento la nutre. Con un mismo alimento hemos nacido y nos alimentamos. De la misma manera que la mujer se siente impulsada por su misma naturaleza a alimentar con su propia sangre, y con su leche a aquel a quien ha dado a luz, así también Cristo alimenta siempre con su sangre a aquellos a quienes Él mismo ha hecho renacer.

CULMINA LA RESATURACIÓN DE LA CAPILLA PAULINA

Autorretrato de Miguel Ángel en los frescos de la Capilla Paulina.
Fresco de la Capilla Paulina, en el que, tras su restauración,
puede apreciarse la mano indiscutible de Miguel Angel.

ROMA. La mirada fulminante de San Pedro y la mirada ciega de San Pablo son el centro de los dos grandiosos frescos de la Capilla Paulina, el último trabajo pictórico de Miguel Ángel cuando ya tenía setenta años y empezaban a faltarle las fuerzas. La espléndida restauración, similar a la de la Capilla Sixtina, saca de nuevo a la luz los brillantes colores del florentino y también un autorretrato.
En la escena de «La crucifixión de San Pedro», que ocupa el lado derecho de la Capilla Paulina, el restaurador de los frescos, Mauricio De Luca, descubrió un rostro muy especial. Uno de los caballeros, tocado con turbante azul, recuerda poderosamente a Michelangelo Buonarroti. De Luca manifestó al diario «La Repubblica» su asombro por la «semejanza sorprendente» con los retratos del genio realizados por Daniele da Volterra y Giulio Bugiardini. El restaurador está convencido de que es un autorretrato, «y por lo tanto se trata de un descubrimiento extraordinario». En el lado izquierdo de la capilla, «La Conversión de San Pablo» ilustra un episodio que tuvo lugar, camino de Damasco, cuando el futuro apóstol -por entonces todavía violento perseguidor de los cristianos- tenía en torno a los treinta años y estaba a punto de empezar una vida de aventuras y de viajes que duraría más de tres décadas hasta su martirio en Roma el año 67.
A medida que limpiaban la suciedad acumulada durante cuatro siglos y medio, los restauradores descubrían en el personaje del Apóstol de los Gentiles el rostro de un hombre anciano que también recuerda extraordinariamente a los retratos de Miguel Ángel realizados por sus contemporáneos y al conocido busto en bronce esculpido por Giambologna. El San Pablo-Miguel Ángel tiene los ojos cerrados, cegado por la luz del cielo, y un gesto de dolor que recuerda el sufrimiento personal del pintor durante aquellos años del ocaso de su vida.
Miguel Ángel terminó la Capilla Paulina al cabo de siete años de trabajo, en 1550. En 1557 inició otro autorretrato, esta vez en la «Pietá» llamada Bandini, conservada en la catedral de Florencia, mucho menos conocida que la primera, la de la basílica de San Pedro, tallada en 1499 cuando el escultor tenía sólo 24 años. Miguel Ángel empezó a esculpir la última en 1557, ya con 81 años, y la destinaba como monumento para su propia tumba. Con gran sufrimiento y esfuerzo se autorretrató en mármol en el personaje de Nicodemo, que sostiene el cuerpo de Jesús en la bajada de la Cruz y se lo está entregando a su madre. Los restauradores de la Capilla Paulina han explorado jornada a jornada el calendario de trabajo de Miguel Ángel. Su último día como pintor concluyó en 1550, dando las últimas pinceladas a las cuatro mujeres, las dolorosas, que presencian el martirio de San Pedro al pie de la cruz.
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BENEDICTO XVI PROPONE LA REFORMA DE LA ONU


Escudo de Benedicto XVI

CIUDAD DEL VATICANO, martes 7 de julio de 2009 (ZENIT.org).- La propuesta de reforma de la Organización de las Naciones Unidas, presentada por Benedicto XVI en la "Caritas in veritate", se convirtió en una de las preguntas que los periodistas presentaron en la rueda de presentación de la encíclica este martes en la Sala de Prensa del Vaticano.
En el numeral 67 el Papa enmarca esta propuesta como parte de una reforma general de la arquitectura económica y financiera internacional.
El Papa asegura que esta medida es necesaria "para gobernar la economía mundial, para sanear las economías afectadas por la crisis, para prevenir su empeoramiento y mayores desequilibrios consiguientes, para lograr un oportuno desarme integral, la seguridad alimenticia y la paz, para garantizar la salvaguardia del ambiente y regular los flujos migratorios".
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XI PREGÓN DE EXALTACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

M. Ilmo. Sr. D. Ginés García Beltrán.
Fotografía: Guillermo Méndez
El próximo sábado, día 11 de julio de 2009,a las 20,00 horas, tras la solemne Eucaristía de acción de gracias, por la terminación de los trabajos de restauración del camarín de la Reina de las Huertas; se celebrará el XI pregón de exaltación a Nuestra Señora del Carmen, a cargo del M. Ilmo. Sr. D. Ginés García Beltrán, Párroco de San Sebastián y Consiliario de la Hermandad.
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LA HEMORROISA

Jesús y la hemorroisa (1565)
Veronés, Paolo Caliari 1528-1588
Kunsthistorisches Museum, Wien

Tocaré el borde de Tu manto, Jesús.

Sentirás que hay alguien a Tu lado, soy yo.

Mírame, tal como soy, y perdóname Señor

estoy sola y necesito Tu salvación.

Sáname ahora, Toca mi enfermedad,

yo proclamo Tu victoria sobre mi.

Sáname ahora, a Ti me entrego,

y Te glorificaré toda mi vida.

Tu me dirás:

"Tu fe te ha salvado...

vete en paz".


ANIVERSARIO DE LA CONSAGRACIÓN EPISCOPAL DE MONSEÑOR GONZÁLEZ MONTES

El Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Adolfo González Montes, Obispo de Almería, junto a D. Manuel Pozo, en la procesión del Santo Sepulcro el pasado Viernes Santo.
Fotografía: Felipe Ortiz.
Este lunes, 6 de julio, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Adolfo González Montes, Obispo de Almería, celebra el aniversario de su Consagración Episcopal junto a los presbíteros de la diócesis. Primeramente el obispo presidirá la celebración de la Eucaristía, programada para las 12:00h, en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Almería. Y a continuación, Monseñor compartirá una comida fraterna con los sacerdotes asistentes en la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila.
La Real y Muy Ilustre Hermandad del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores transmite desde estas líneas su mas cordial felicitación.
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FESTIVIDAD DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Anónimo.
Día 1 de julio de 2009, festividad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Sangre preciosa del Salvador, fuente de vida por siempre abierta por la cruz redentora, que lavas la mancha de todo el universo, haces que florezca la santidad en la Iglesia, paraíso nuevamente hallado.
Instituída en 1849 por el papa Pío IX, la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor, fue elevada al rango de doble de 1ª clase por Pío XI, con ocasión del décimonono centenario de la muerte del Salvador.
Al recordarnos la escena del Calvario, con la lanzada que atravesó el costado del divino crucificado, quiere subrayar la liturgia de la fiesta el sentido y alcance infinito del sacrificio del Calvario. El evangelio es el de la fiesta del Sagrado Corazón; la epístola, la del domingo de Pasión: son los grandes temas de la redención a un mismo tiempo por la sangre y por el amor del Salvador. " Tierra, océano, cielos, universo; todo se lavó en este río."

LETANÍAS DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Aprobadas por el beato Juan XXIII

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Sangre de Cristo, hijo único del Padre Eterno, sálvanos.
Sangre de Cristo, Verbo encarnado, sálvanos.
Sangre de Cristo, Nuevo y Antiguo Testamento, sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra durante su agonía, sálvanos.
Sangre de Cristo, vertida en la flagelación, sálvanos.
Sangre de Cristo, que emanó de la corona de espinas, sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada sobre la Cruz, sálvanos.
Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación, sálvanos.
Sangre de Cristo, sin la cual no puede haber remisión, sálvanos.
Sangre de Cristo, alimento eucarístico y purificación de las almas, sálvanos.
Sangre de Cristo, manantial de misericordia, sálvanos.
Sangre de Cristo, victoria sobre los demonios, sálvanos.
Sangre de Cristo, fuerza de los mártires, sálvanos.
Sangre de Cristo, virtud de los confesores, sálvanos.
Sangre de Cristo, fuente de virginidad, sálvanos.
Sangre de Cristo sostén de los que están en peligro, sálvanos.
Sangre de Cristo, alivio de los que sufren, sálvanos.
Sangre de Cristo, consolación en las penas, sálvanos.
Sangre de Cristo, espíritu de los penitentes, sálvanos.
Sangre de Cristo, auxilio de los moribundos, sálvanos.
Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazones, sálvanos.
Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna, sálvanos.
Sangre de Cristo que libera a las almas del Purgatorio, sálvanos.
Sangre de Cristo, digna de todo honor y de toda gloria, sálvanos.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
V. Nos rescataste, Señor, por tu Sangre.
R. E hiciste nuestro el reino de los cielos.
Oremos: Dios Eterno y Todopoderoso que constituiste a tu hijo único Redentor del mundo, y que quisiste ser apaciguado por su sangre, haz que venerando el precio de nuestra salvación y estando protegidos por él sobre la tierra contra los males de esta vida, recojamos la recompensa eterna en el Cielo. Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.