
CONTINUISMO Y RENOVACIÓN EN LA ELECCIÓN DE PRESIDENTE DE LA AGRUPACIÓN DE HERMANDADES Y COFRADÍAS DE ALMERÍA
Tras la votación, en la que 13 votos para Dña Encarnación Molina, 10 votos para D. Juan R. Aguilera y un voto en blanco decidieron el nuevo presidente electo. Doña Encarnación Molina es, desde anoche, la presidenta electa de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería.
La primera mujer elegida para este puesto es delineante y diseñadora de interiores de profesión. Imparte clases de cerámica en un colegio de primaria y es integrante del equipo cofrade La Voz de Almería y la Cadena Ser. Pertenece a la Hermandad Juvenil del Santo Cristo del Perdón casi desde su fundación. En ella ha participado siempre de manera activa, perteneciendo a su junta directiva en distintos mandatos. En este órgano de gobierno del Perdón ha destacado por ser la persona responsable de la Liturgia. En el último mandato de la Agrupación de Hermandades y Cofradías ha sido la vocal de Espiritualidad y Formación de la Junta de Gobierno. Además está muy vinculada a la Parroquia de San José de Almería desde siempre, donde colabora como catequista y en la administración de la comunión a los enfermos. También forma parte del Consejo de Laicos de la Diócesis de Almería.
La recién elegida presidenta de la Agrupación de Hermandadesy Cofradías, que toma el relevo de José Antonio Sánchez Santander, estará acompañada en su futura Junta de Gobierno por Francisco López Moya, hermano mayor de la cofradía del Silencio, quien ocupará la vicepresidencia; Alfredo Casas, hermano mayor del Cristo del Perdón, que se encargará de la secretaría; y Gabriel Fernández, hermano mayor del Cristo del Amor, que realizará las funciones de tesorero. Además, Encarni Molina tiene la intención de integrar a gente joven en la entidad, en la que, junto a las hermandades de Pasión, también tendrán representación las hermandades de Gloria (Virgen del Carmen de Las Huertas, Pescadería y Rocío) y Patronal (Virgen del Mar).
Información obtenida en la Voz de Almería.
También será otro componente de la Hermandad Juvenil del del Santo Cristo del Perdón el vocal de Espiritualidad y Formación.
Nueva etapa pues para la Agrupación, en armonía con el equipo saliente, en la que algunos continúan como es el caso de D. Gabriel Fernández y la novedad de tener tres miembros de una misma hermandad en la junta directiva.


NOTA DE AGRADECIMIENTO

Valorar el cambio rotundo de los últimos tres años nos oxigena y nos da fuerzas para seguir luchando, por el bien de la Hermandad y de la Semana Santa almeriense.


REALMENTE RESUCITÓ EL SEÑOR
Queridos diocesanos:
Para los críticos del cristianismo la fe en la resurrección tiene motivaciones diversas, y han dado forma y cauce a las más diversas teorías. Para unos, en realidad no murió, sino que alguien murió en su lugar. Pensaron otros que pareció que moría, pero todo estaba bien concebido, lo adormecerían con pócima para luego descolgarlo y cuidar de él hasta su plena recuperación. Teorías más inverosímiles que racionales para quien tenga un mínimo conocimiento histórico del suplicio de la cruz practicado en el mundo antiguo, pero más inverosímiles en el caso de Jesús. Cuando el Nazareno llegó a la cruz estaba ya extenuado hasta la muerte, tras la terrible tortura a que fue sometido. Su pronta muerte en la cruz así lo prueba, librándole de que le quebraran las piernas como a los que colgaron con él.
Por eso, conscientes de la inverosimilitud estas teorías, algunos críticos, los más influyentes desde la Ilustración, han preferido negar contundentemente la resurrección, para explicar la fe en ella como resultado de un proceso psicótico padecido por los discípulos y que logró universalizarse como fe mediante el contagio y extensión en el mundo necesitado de liberación y cambio radical. La utopía que representaba el mensaje, que estos críticos quieren ver como meramente social e incluso revolucionario para el cambio de la sociedad del mundo antiguo, sería la explicación del éxito de la fe en la resurrección, un mensaje mistificado después y formulado en clave evanescentemente religiosa hasta convertirse en afirmación de la vida eterna como calmante del dolor de la vida terrena, justificación de la injusticia. La crítica marxista vendría a proponer así la más radical alternativa al cristianismo como alienación religiosa. Con todo, la fuerza de la causa de Jesús llegó a fascinar a otros para argumentar que la fe en la resurrección no podía ser otra cosa que el triunfo de la causa en sí misma; y así, decir que Jesús resucitó sería tanto como afirmar que su causa sigue adelante en esta historia convulsa de los hombres, con mayor o menor incidencia social sobre la vida, porque incluso esta causa puede ser estrictamente religiosa.
No es posible pasar revista a las múltiples teorías sobre la resurrección de quienes la niegan, pero una forma de negación de la resurrección parece haber prendido incluso dentro del cristianismo desde que el teólogo y exegeta Rudolf Bultmann le diera cauce y forma con su propuesta de desmitologizar el lenguaje de los evangelios. La propuesta implica negar los hechos que la acreditan: el sepulcro vacío y las apariciones; y afirmar que fue todo un descubrir, a la luz de la religiosa judía y de las religiones del mundo antiguo, el valor redentor de la muerte de Jesús. Prolongando variantes de este pensamiento, se viene sosteniendo desde hace años que el lenguaje de la resurrección es un caer en la cuenta de que Cristo no podía ser devorado por la muerte.
Hoy la investigación exegética, como siempre la pura razón ha sabido hacerlo, afirma que el sepulcro vacío por sí solo no constituye prueba de la resurrección. Ya lo dijeron los primeros críticos adversarios de Jesús: su cadáver habría sido robado o bien puesto en lugar oculto. Si embargo, el dato neotestamentario del sepulcro vacío no está sólo, sino acompañado de las apariciones. El sepulcro vacío, desde el punto de vista de la historia de las tradiciones históricas evangélicas parece haber tenido su origen en Jerusalén, dato nada despreciable para la sospecha fundada de su historicidad. No sólo porque es concorde con la antropología bíblica, que no da lugar a entender la vida de otra forma que como vida que incluye el cuerpo, más allá de las sombras de la muerte en el sheol del bajo mundo del abismo.
El sepulcro vacío sólo adquiere pleno sentido y fuerza de revelación a la luz de la experiencia de las apariciones, que si fueron algo, no pudieron ser mero proceso discursivo ni reacción consoladora en clave visionaria capaz de llevar a los discípulos a la superación de una tristeza y la depresión ocasionadas por el fracaso del Maestro amado. Ciertamente no pudieron ser revivificaciones al estilo de una resurrección que devuelve a la vida histórica a quien ha estado muerto, pero si sólo fueran estas apariciones narradas por el Nuevo Testamento mero lenguaje de una convicción de los discípulos, narraciones que vehiculan tan sólo un caer en la cuenta de que está vivo el que estaba bien muerto; si sólo fueran esto, serían bien poca cosa. Todavía quedaría a los partidarios de la tesis explicar por qué en el caso de Jesús y los demás no; por qué en su caso ha sido redimido el mundo de sus pecados y en otros casos no. ¿No resultará más milagrosamente milagroso llegar a creer que está vivo el que fue bien muerto? Negar una cierta experiencia de Cristo resucitado en las condiciones de nuestro conocimiento finito e histórico es sucumbir a la lógica de una razón racionalista convertida en criterio de todo lo que no puede admitir, una razón que ni le permite a Dios ser Dios, que ciertamente no es un Dios de los malabarismos, sino el Dios todopoderoso creador del cielo y de la tierra que arrancó a Cristo de la muerte para que el mundo no sucumba a las oscuridades en que el pecado sumerge la inteligencia; igual como sumerge la voluntad y carga de fantasías la memoria hasta tornarla incapaz de reconocer la verdad de las cosas vividas que dan identidad a un ser humano.
El realismo de la descripción de la resurrección por las santas mujeres y los discípulos, fundamento de la fe de la Iglesia, es alternativo a la fantasía que también a los antiguos les parecía falta de realidad: la resurrección de Jesús es un acontecimiento histórico sin dejar de ser trascendente, aunque no es reducible al control empírico de la ciencia, que, por lo demás, es incapaz de acaparar para sí misma todo lo que el hombre puede históricamente conocer.
Con mi afecto y bendición. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
+ Adolfo González Montes
Obispo de Almería
Información obtenida en: http://www.diocesisalmeria.es


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (20, 1-9)
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor


PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN (18, 1-19,42)


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (13, 1-15



LA ORDEN DE SAN CLEMENTE ACOMPAÑARÁ AL CRISTO YACENTE ESTE VIERNES SANTO DE 2012
Si San Fernando le dedica el día de San Clemente (23 de noviembre) a la Ciudad de Sevilla, por medio de Él surge igualmente una vinculación de la Orden al Rey Santo, siendo esta la primera Orden netamente sevillana, que sirve, además, a los conventos de clausura.
De hecho la capa es sencilla, tal y como lo es el hábito de las monjas de clausura, muy similar en este caso al usado por las jerónimas de Santa Paula, con el añadido de los colores fernandinos. Al principio se creó como una asociación civil en 1986/87, siendo su primer presidente Juan Foronda y con el beneplácito del Cardenal Carlos Amigo, que ha sido prácticamente el padre de la misma
Para que esta Orden fuera una Institución seria y dentro de la Iglesia, por votación y a partir del año 2004, con decreto de 23 de noviembre de 2004, día de San Clemente, siendo ya presidente Antonio María González-Pacheco y Vázquez, paso a ser Orden de Caballeros de San Clemente de Sevilla, paso a ser una institución privada de derecho privado de la Archidiócesis de Sevilla y dada de alta en el Ministerio de Justicia dentro de instituciones religiosas y con la aprobación de la Conferencia Episcopal. De hecho los diplomas los emite el Cardenal, refrendados por el Canciller y el Presidente.
La Orden tiene un reflejo muy grande fuera de Sevilla, con delegaciones en otras provincias y en Italia, Portugal, Méjico o Colombia y en constante expansión.
Igualmente la Orden tiene tres clases de componentes: caballeros, comendadores y caballeros con gran cruz, aparte tiene caballeros con medalla de honor, caso del Cardenal de Sevilla.
Los estatutos marcan como fines de la Orden más importantes: colaborar con la acción evangelizadora de la Iglesia, con las instituciones diocesanas (seminario, parroquia, etc) y centros benéfico asistenciales (asociaciones contra la leucemia, inserción social de presos), colaboración con hermandades (acogida de niños Bielorrusos, Centro de Estimulación Precoz, etc...) y como fin principal, la ayuda a los conventos de clausura.
Esta Orden está abierta para sensibilidades de elaboración caso del ecumenismo y para entrar ya en la orden, la primera condición es ser católico, luego el perfil humano de cada uno y luego la cuota/donativo mínimo, aunque el que entra a postular aporta según su perfil. La Orden quiere ser una comunidad viva, para lo cual también el trabajo es una cualidad altamente apreciada, sin cualidades impositivas y cuyas armas son "extender el evangelio".
Rafael L. Aguilera.


PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MARCOS (15, 1-39)
C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:
Palabra del Señor

