FESTIVIDAD DE SAN VALENTÍN

San Valentín bautizando a Santa Lucilla.
(Jacopo Bassano).
FESTIVIDAD DE SAN VALENTÍN, 14 de febrero.
San Valentín fue martirizado en la Vía Flaminia (año 270). El Papa Julio I (siglo IV) ordenó construir en ese lugar una basílica en su honor, junto a la Puerta del Popolo, que en el siglo XII fue conocida como Puerta de San Valentín.
Sus restos mortales descansan actualmente en la basílica de ese mismo nombre, en la ciudad de Terni (Italia).
En muchos momentos de la historia de la Iglesia se han desatado verdaderas obsesiones por la posesión de todo tipo de reliquias. Como consecuencia de esa costumbre, se produjeron una serie de circunstancias que dieron lugar a una de las leyendas más divulgadas en la ciudad de Almería.
En el siglo XVIII se descubrieron en Roma unas catacumbas en las que se habían enterrados los cuerpos de antiguos cristianos. El anonimato de muchos de aquellos peregrinos que acudían a la Ciudad Santa para rezar ante la tumba de San Pedro hizo que se organizaran sus sepulturas en dos grupos diferentes, bajo las designaciones de:
- Peregrinus in pacem, cuando eran ejecutados o asesinados por los romanos.
- Valentinus in pacem, los que la crueldad en la forma de darles muerte los convertían en mártires.
Debemos a Don Juan López, canónigo-archivero de la Catedral de la Encarnación (Almería) la aclaración definitiva sobre esta cuestión (1965) que estaba creando confusión al producirse un fenómeno de sincretismo entre dos realidades diferentes.
Según nos cuenta, en el año 1779 fue exhumado de la catacumba número nueve del cementerio de San Ciriaco (Roma) el cuerpo de uno de estos mártires “valentinus” (del latín, valiente), tal y como dan testimonio documentos de la época.
Entregado como reliquia a Francisco Antonio Gutiérrez, este padre agustino la lleva a Cádiz. Informado de su existencia, el arcipreste Vicente González consigue que le sea trasferida y que viaje hasta Almería, donde le pondrá un oratorio en su propio domicilio, situado en la calle “Marianas”, de la capital.
El día 13 de Agosto de 1781 consigue la facultad de que le pueda ser rendido culto público, concedida por Don Gregorio Hermida. Un año después es trasladada a la catedral y colocada en una urna de bronce bajo el altar de San Indalecio, Patrón de la ciudad. Era expuesta al público el día 14 de Febrero (en el que se le ofrecía una misa) , el día de San Indalecio (15 de Mayo) y en el que se exhibía el cuerpo de Santa Cándida en el Convento de las Puras
Cuando durante la Guerra Civil española la Guardia de Asalto saqueó la catedral, al ir a destruir lo que pensaban que era una imagen, descubrieron que se trataba de los restos de un ser humano. El cuerpo estaba recubierto de cera, tal y como era costumbre conservarlo para ser mostrado al público y eso hizo que lo confundieran con alguna talla religiosa.
Respetando esos restos mortales, los llevaron al cuartel. No se sabe muy bien si pudo estar algún tiempo en el Monasterio de las Puras. El caso es que, finalmente y para terminar con el problema, fue enterrado en algún lugar del claustro de la catedral
El verdadero San Valentín nunca estuvo en España y mucho menos en tierras almerienses, por lo que no existe ni la más remota posibilidad de que la leyenda tenga ninguna base histórica.
Sin embargo, son muchos los que acuden al claustro para pedirle favores al Santo. Favores que en algunos casos, parece que les son concedidos.
A veces la historia se encarga de destruir leyendas, lo importante es el acercamiento a este "Santo de los enamorados". En espíritu está en tanto le recemos y, desde ese prisma, la leyenda continúa.
Parte de este artículo ha sido obtenido en: http://www.culturandalucia.com

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