¡Regocijémonos! Pero no busquemos la falsa felicidad que ofrece el mundo, sino acerquémonos a Dios, quien ofrece la verdadera alegría. El hecho de empezar un nuevo año ya es una bendición. Todavía es el día de la gracia; todavía es tiempo de recibir y echar “mano de la vida eterna” (1 Timoteo 6:19).
Escuchemos la voz del Creador, quien nos invita a obtener una verdadera liberación interior, un profundo gozo y una esperanza viva. No nos promete un año fácil y sin preocupaciones, pero nos propone vivirlo con él, confiando en su amor. Demostró que era capaz de todo para hacernos felices, ya que aun sacrificó a su Hijo unigénito para que aquel que cree en él tenga vida eterna.
Entonces, para que podamos avanzar sin fijarnos en los obstáculos, tengamos plena confianza en Jesús, a fin de vivir esta vida con él desde el comienzo de este nuevo año.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20).
Escuchemos la voz del Creador, quien nos invita a obtener una verdadera liberación interior, un profundo gozo y una esperanza viva. No nos promete un año fácil y sin preocupaciones, pero nos propone vivirlo con él, confiando en su amor. Demostró que era capaz de todo para hacernos felices, ya que aun sacrificó a su Hijo unigénito para que aquel que cree en él tenga vida eterna.
Entonces, para que podamos avanzar sin fijarnos en los obstáculos, tengamos plena confianza en Jesús, a fin de vivir esta vida con él desde el comienzo de este nuevo año.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20).
Información obtenida en: http://devocionalescristianos.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario