EL SÁBADO SANTO Y EL DESCENSO A LOS INFIERNOS DE CRISTO (8)

Anástais.
Icono de Dodekaorton. (1535)
Theophanes de Creta.
EL SÁBADO SANTO Y EL DESCENSO A LOS INFIERNOS DE CRISTO (8).
“En la Iglesia de Oriente hay toda una teología sobre este descendimiento de Cristo a los Infiernos que se halla particularmente reflejada en los Iconos, bajo el tema de la anástasis: la visita de Jesús a los Infiernos es lo que posibilita el rescate de Adán y Eva. Este descendimiento subraya que nada queda al margen de la redención, sino que Cristo alcanza hasta la raíz del pecado y de la muerte”12.
“Para el Oriente, la imagen de la Redención es la bajada de Jesús a los infiernos: la apertura violenta de la puerta eternamente cerrada, la mano del Redentor tendida hacia el primer Adán. Los grandes iconos orientales muestran a Cristo bajando a los infiernos. Se rompen las rocas para abrir el camino de los abismos. El soplo del Espíritu alza la vestidura de Cristo y le rodea un nimbo de gloria. Las puertas del infierno, bien aseguradas, se vienen abajo. El diablo huye. Y aparece la muchedumbre innumerable de los muertos, de los santos y de los pecadores, de los profetas y los patriarcas, que tienden sus manos hacia Cristo, descubriendo todos en Él al Salvador. Su luz atraviesa las tinieblas y transfigura ya sus rostros. Y al final del abismo, Adán, el primer hombre, el primer padre, el primer pecador, que tiende los brazos hacia su Salvador”.
“También Occidente conoce una tradición iconográfica no menos elocuente. Los Cristos de marfil del siglo XVII ó XVIII tienen a sus pies un cráneo y dos tibias entrecruzadas. Su significado hunde sus raíces en tradiciones de la Edad Media. Según una tradición, Jesús habría muerto en el mismo lugar en que Adán había sido enterrado, de tal forma que su sangre había corrido sobre los huesos de nuestro primer padre Adán. Los restos de esqueleto al pie de la cruz simbolizan aquel encuentro de Jesús con Adán en su bajada a los infiernos”13. En el Santo Sepulcro de Jerusalén se ve desde una ventanilla una grieta en la roca evocando esa tradición.
“El descenso al sheol o a los infiernos tiene un primer y obvio significado: Jesús comparte la muerte con los que han muerto, cumple "las leyes" de la muerte, de tal forma que se pueda decir con verdad que resucita de entre los muertos”.
12 Ibid.
13 Ibid.

Dr. Enrique Cases
Sacerdote
Información obtenida en:
http://www.teologiaparavivir.net/

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