SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO


EL SEÑOR VIENE Y PIDE PASO (3)

A veces tenemos la tentación de explicar los misterios haciendo grandes discursos, pero para entender lo misterioso, no necesitamos tratados, sino trato con hombres y mujeres llenos de Dios. Necesitamos renacer de nuevo, necesitamos saborear la vida nueva y abrir nuestros ojos a la esperanza, embarcarnos en la aventura de la caridad. Necesitamos quitarnos el impermeable, para que las cosas que pasan me afecten, me toquen el corazón. Necesito abrir los ojos, porque Dios desde el principio quiso poner un belén, y creó el universo para adornar la cuna. Dios pensó en todo, pensó en su Madre; desde toda la eternidad soñó con ella, añoraba sus caricias; María es su obra maestra. Es Dios el que inventó la primera Navidad, el primer belén viviente, y colocó al Niño, y a la Madre.

El tema de la espera es vivido en la Iglesia con el 'Ven, Señor'. La palabra del Antiguo Testamento invita a repetir en la vida la espera de los justos que aguardan al Mesías. El Adviento es una intensa y concentrada celebración de la larga espera en la historia de la salvación, como el descubrimiento del misterio de Cristo. Hoy en la Iglesia es como un redescubrir la centralidad de Cristo en la historia de la salvación. Adviento es tiempo del Espíritu Santo, Él ha hablado por medio de los profetas, ha inspirado los oráculos mesiánicos, ha anticipado con sus primicias de alegría la venida de Cristo en sus protagonistas como Zacarías, Isabel, Juan, María.

(P. Santiago Sierra)

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